11 julio 2009

Consideraciones teóricas sobre la construcción de las noticias

Por Laura Elisandro - Laura Gaetano

El presente trabajo consiste en realizar un acercamiento al funcionamiento de los medios y los procesos de elaboración y selección de la información. Entendiendo que la construcción de la noticia es resultado de una negociación constante de los actores participantes, que incide en los procesos de selección, jerarquización y publicación del contenido informativo.
Por lo tanto, es necesario realizar algunas consideraciones antes de comenzar con el análisis.
En primer lugar, se puede definir a los medios de comunicación masiva como empresas cuyo beneficio económico proviene de la prestación de un servicio informativo a la sociedad. Tal como expresa Alfredo Torre, son "Medios de difusión masiva y no medios de comunicación social, por cuanto no existe diálogo ni decisión consensuada con el cuerpo social en la mirada sobre la realidad y menos en su valor noticiable”[1].
En este sentido, si se tiene en cuenta que el objetivo de lucro es lo que, en los medios masivos, impulsa la tarea periodística, es de considerar que quedan por lo menos relegadas las funciones de informar, entretener y formar a la opinión pública. Lo cual no significa poner en duda la ética de los medios masivos pero sí comenzar a reflexionar sobre qué aspectos entran en juego a la hora de la producción del contenido noticioso.
En efecto, las noticias no son hechos dados que el periodista se limita a transmitir sino construcciones realizadas por el medio y que, por lo tanto, incluyen una mirada particular sobre la realidad. Martínez Albertos define a la noticia como “un hecho verdadero, inédito o actual, de interés general, que se comunica a un público que puede considerarse masivo, una vez que ha sido recogido, interpretado y valorado por los sujetos promotores que controlan el medio utilizado para la difusión.[2]
Mediante ese proceso de interpretación y valoración los medios construyen las noticias, en base a acontecimientos que son el recorte que ellos mismos hacen de la realidad. Siguiendo este concepto Ana María Lalinde Posada manifiesta “Este acontecimiento no puede ser entendido como algo exterior al sujeto, ya que éste es quien otorga sentido al acontecimiento, es decir, forma parte de la construcción social de la realidad; se trata de elementos exteriores al sujeto, pero que son relacionados y seleccionados para construir el acontecimiento.[3]
Sin embargo, es preciso tener en cuenta que los medios, imbuidos en un entorno social más amplio que los contiene, los condiciona y los define como sujetos, utilizan criterios para evaluar la trascendencia de esos acontecimientos que son comunes al conjunto de la sociedad. Al mismo tiempo, como ésta se transforma a lo largo del tiempo, esos criterios se van modificando en armonía con dichos cambios. En consecuencia, se puede afirmar que el acontecimiento es un fenómeno social e histórico.
Por ello, la construcción del acontecimiento realizada por los medios necesita ser legitimada por otros actores sociales. Tal como lo explica Lalinde Posada “La noticia es una institución social y una realidad histórica, legitimada socialmente para cumplir la función de estructurar la realidad misma.[4]
En este sentido, Walter Miceli habla de dos campos que interactúan en la determinación y construcción de las noticias: el contexto de generación y legitimación de las noticias y el contexto de producción, procesamiento de información y diferenciación mediática.
En el primero de ellos juega un rol importante el sistema de medios: “un punto puede generar una noticia, pero si el sistema no lo absorbe, la noticia finalmente se muere en ese punto. Es un círculo constante en el que un medio legitima a otro.”[5] Sin embargo, en este proceso inciden otros actores: los agentes económicos, políticos y los mismos periodistas del diario, que como ya se ha dicho, valorizan y jerarquizan la información.
Dentro de este contexto también debe incorporarse la concepción de multimedios, “donde un grupo de socios tiene el control, manejo y propiedad sobre varias empresas de comunicación”[6]. En la actualidad dichas corporaciones conforman y hacen al funcionamiento de la mayor parte del sistema de medios.
En relación a la influencia de los agentes económicos hay que pensar que la práctica periodística está sujeta a los requerimientos del mercado. Esto implica que los diarios deban competir en un escenario complejo: “la industria gráfica al explotar su rol comunicacional de las otras industrias, tiene que venderle publicidad a sus lectores y lectores a sus anunciantes.”[7]
También los partidos políticos y sus dirigentes tienen una relación de interés mutuo con los medios, unos en su afán de permanecer en la opinión pública y otros en obtener beneficios como exclusivas, pautas publicitarias, etc. Finalmente, en la construcción de la noticia también incide la subjetividad del propio periodista, determinada por diferentes condicionamientos (económicos, sociales, ideológicos, políticos, e históricos), que hacen que elija publicar un hecho y no otro.
Por otro lado, con respecto al contexto de producción, procesamiento de información y diferenciación mediática es preciso destacar los mecanismos de selección, jerarquización y publicación de las noticias como parte de un proceso general de las rutinas de producción periodística.
En principio, los criterios utilizados a la hora de calificar la trascendencia y jerarquía de los acontecimientos pueden ser denominados como “valores de noticiabilidad”. Entendida la noticiabilidad como “el conjunto de elementos a través de los cuales el aparato informativo controla y gestiona la cantidad y el tipo de acontecimientos de los que seleccionar las noticias”[8]. Los valores son justamente esos componentes que la conforman y que funcionan como reglas prácticas para guiar el accionar de los periodistas durante el proceso de producción.
La determinación de dichos valores de noticiabilidad está dada por diversos factores a considerar que se pueden resumir en:
- El contenido de la noticia, que se establece a partir de la importancia y el interés del acontecimiento para la opinión pública. Más específicamente, retomando a Carl Warren, los elementos que definen a una noticia y que se pueden sintetizar en: actualidad, proximidad, prominencia, curiosidad, conflicto, suspense, emoción y consecuencias[9].
- La disponibilidad de material y el acceso a las fuentes.
- La imagen que los periodistas tienen del público.
- La competencia, o sea, la relación con otros medios.
Como se ha mencionado, estos valores de noticiabilidad, son los que guiarán el proceso de producción de las noticias conformado por las denominadas “rutinas periodísticas”: selección y exclusión, jerarquización y publicación.
Los dos primeros pasos estarán determinados por dichos valores. La jerarquización será materializada en decisiones acerca de la extensión de cada nota y su distribución dentro del diario; la inclusión de fotografías, infografías u otras imágenes; la búsqueda de antecedentes y su contextualización, etc. Una vez concluido dicho proceso se procederá, finalmente, a la publicación.

Reflexiones sobre el medio y la opinión pública

El referir a los procesos de producción de las noticias en los medios de comunicación masiva conduce indefectiblemente a considerar el concepto de agenda temática y sus implicancias. Entendiendo por agenda temática al conjunto de contenidos informativos (gacetillas, crónicas, entrevistas, editoriales, notas de opinión, informes, etc.) que conforman el orden del día en una publicación y que son resultado de los mecanismos de selección y jerarquización periodística anteriormente descritos.
El estudio de la influencia que tiene la agenda temática en el público, y particularmente la agenda de espectáculos, trasciende el objetivo de la presente investigación. Ésta pretende, únicamente, desentrañar los factores que entran en juego en la construcción de dicha sección informativa y la noción de espectáculos que se trasmite como resultado de ello. Sin embargo, es pertinente hacer una breve reflexión sobre su alcance e influencia en la opinión pública.
En principio, haciendo una caracterización de la cultura masiva se podrían resaltar algunos aspectos esenciales: que los massmedia son los principales organizadores del campo cultural en su conjunto; que la cultura masiva es actualmente espectacular, una cultura de puesta en escena; que la concentración de los aparatos de producción y difusión conduce a que proliferen medios con un discurso unívoco y, al mismo tiempo, haya una tendencia hacia la diferenciación social con alta segmentación de públicos y consumos culturales.
Los massmedia poseen un importante poder tanto político como económico en el entorno social actual. En este sentido, se convierten en legitimadores de hechos e ideas al decidir hacerse eco o no de ellos.
Por lo tanto, se puede entender que el poder de la agenda temática justamente no se ancla en imponer opiniones sino en prefigurar los temas de debate. Durante ese proceso se olvidan ciertas cuestiones; se postergan a algunos sectores sociales; y se reiteran escenarios y personajes, dándoles mayor prestigio a ciertas instituciones y actores por sobre otros y erigiendo de esta manera líderes de opinión.
También se visualiza la perspectiva del medio en los aspectos priorizados sobre una temática determinada y en la elección de las fuentes que se utilizan.
En este sentido la verdad construida es sólo un acercamiento a la realidad que estará dado por el grado de complejidad en el tratamiento de la información. Tal como propone Juan Jorge Faundes “podrá haber una aproximación a lo que consideramos verdad, pero nunca ésta será total, y la aproximación será directamente proporcional a la cantidad de fuentes que utilicemos, a la cantidad de perspectivas que usemos, de interpretaciones e hipótesis que construyamos, de contextualizaciones que realicemos, de consecuencias que imaginemos”[10].
De esta manera, aunque los medios no imponen opiniones sí contribuyen a crear los marcos de análisis de la realidad, los aspectos que son más relevantes y aquellos que no merecen la atención del público. Siguiendo esta idea se los puede considerar constructores de la realidad, ya que lo que no pasa por ellos, en cierta manera, parecería no existir.
A lo largo del tiempo muchas han sido las posturas en el estudio de la influencia de la agenda temática de los medios en la opinión pública. En un momento lo masivo ha sido pensado como sinónimo de manipulación, en donde los medios como grupos poderosos eran capaces de influir en los pensamientos y acciones de sus masas de lectores, por lo que eran considerados como receptores pasivos y fáciles de engañar. Se pensaba que los medios tenían la capacidad de imponer a sus receptores ideas destinadas a favorecer la reproducción de un determinado orden social.
Perspectivas como la sostenida por la teoría hipodérmica describían a la comunicación como un proceso lineal y en una sola dirección: del emisor al receptor. Concebían que el mensaje trasmitido por los medios tenía un efecto poderoso de configuración de la opinión pública, a la que podía manipular mediante la información.
Sin embargo este tipo de teoría no tenía en cuenta un factor importante: los procesos de recepción. Entendía al público como sinónimo de masa, negando el carácter único de cada individuo, suponiendo que todas las personas ante un mismo estímulo reaccionarían de manera similar.
Estas posturas fueron superadas, y aunque el poder de influencia de los medios no se niega, ya no se habla de mera manipulación. La comunicación se entiende como un proceso bidireccional, donde hay un feedback constante.
Al respecto, Stuart Hall propone pensar en un proceso complejo de producción, circulación, distribución/consumo, y reproducción. En dicho intercambio comunicativo hay un momento determinado de codificación y otro de decodificación cuya correspondencia no es necesaria porque cada instancia tiene sus propias condiciones de existencia. La codificación puede tratar de dirigir a la decodificación pero no puede determinarla.
Por otra parte, es innegable que debe haber una conexión entre ambos momentos para que haya comunicación. Hall agrega que “...el espectro vasto debe contener algún grado de reciprocidad entre los momentos de codificación y decodificación, pues de lo contrario no podríamos establecer en absoluto un intercambio comunicativo efectivo. De cualquier forma esta correspondencia no está dada sino construida.”[11]
Justamente en esta construcción entran en juego las características particulares de emisores y receptores, por lo que el mismo discurso puede producir un campo de efectos muy disímiles dependiendo de quién sea su destinatario.
Tal como explica Eliseo Verón, “un discurso, producido por un emisor determinado en una situación determinada, no produce jamás un efecto y uno solo. Un discurso genera al ser producido en un contexto social dado, lo que podemos llamar un campo de efectos posibles. Del análisis de las propiedades de un discurso no podemos nunca deducir cuál es el efecto que será en definitiva actualizado en la recepción…”[12]. El autor asimismo aclara “tanto en la esfera de la emisión como en la de recepción existe producción de sentido –y no mera transferencia de los primeros a los segundos- aún cuando ella sea desigual y no asimétrica….”[13]
Para finalizar entonces, se puede afirmar que los medios establecen una relación de poder con su público y en este sentido hay una asimetría comunicacional evidente. Sin embargo su influencia en los destinatarios estará limitada tanto por las características individuales y la experiencia de cada uno de ellos como por la negociación constante con el contexto social, cultural y económico del que forman parte los medios.
También es necesario aclarar que con el surgimiento de las nuevas tecnologías se abren nuevas formas de interacción y la información circula por nuevos canales y a una mayor velocidad. Esto implica una quita de poder a los multimedios así como la posibilidad de dar a conocer otros discursos, ajenos a los procesos de generación de noticias.


[1] Torre, Alfredo. La negociación periodística. PdI, publicación del Taller de Periodismo de Investigación de la FPyCS de la UNLP, 2003.
[2] Lalinde Posada, Ana María. La noticia: construcción de la realidad, en Industrias culturales, comunicación, identidad e integración latinoamericana, México, Ed. Opción, 1992. Pág.
[3] Ídem. Pág.
[4] Ídem. Pág.
[5] Miceli, Walter (Editor). ¿Qué es noticia en los diarios nacionales? Contextos de construcción, legitimación y diferenciación mediática, La Plata, Ed. del GITEPP, 1999. Pág.
[6] Ídem. Pág.
[7] Ídem. Pág.
[8] Lalinde Posada, Ana María. La noticia: construcción de la realidad, en Industrias culturales, comunicación, identidad e integración latinoamericana, México, Ed. Opción, 1992. Pág.
[9] Warren, Carl. Géneros periodísticos informativos, Ed. ATE, Barcelona, 1975. Pág.
[10] Faundes, Juan Jorge. Ética y contexto del periodismo de investigación. En: http://www.saladeprensa.org/art274.htm
[11] Hall, Stuart. Codificar/Decodificar. En: ENTEL, Alicia. Teorías de la comunicación. Ed. Hernandarias, Buenos Aires, 1994. Pág.
[12] Mata, María Cristina, Nociones para pensar la comunicación y la cultura masiva, Centro de Comunicación educativa La Crujía. Buenos Aires,.Pág.
[13] Ídem. Pág.

Bibliografía:

Lalinde Posada, Ana María. "La noticia: construcción de la realidad", en Industrias culturales, comunicación, identidad e integración latinoamericana, México, Ed. Opción, 1992.
Miceli, Walter (Editor), Albertini, E.; Arellano, F.; Dietrich, F.; Fernández Echevarría, I.; Giusti, E.; González, L.; Inda, L.; Koch, N.; Medeot, L.; Pellegrino, L.; Serrano, E.; Soto, K.; Velázquez, X. y Watkins, F. ¿Qué es noticia en los diarios nacionales? Contextos de construcción, legitimación y diferenciación mediática, La Plata, Ed. del GITEPP, 1999.
Warren, Carl. Géneros periodísticos informativos, Ed. ATE, Barcelona, 1975.
Torre, Alfredo. La negociación periodística. PdI, publicación del Taller de Periodismo de Investigación de la FPyCS de la UNLP, 2003.
Hall, Stuart. Codificar/Decodificar. En: ENTEL, Alicia. Teorías de la comunicación. Ed. Hernandarias, Buenos Aires, 1994.
Faundes, Juan Jorge. Ética y contexto del periodismo de investigación. En:
http://www.saladeprensa.org/art274.htm
Mata, María Cristina. Nociones para pensar la comunicación y la cultura masiva, Centro de Comunicación educativa La Crujía. Buenos Aires.
López, Manuel. Cómo se fabrican las noticias, Bs. As., Ed. Paidós, 1995.
Wolf, Mauro. La investigación de la comunicación de masas. Crítica y perspectivas, Paidos, México, 1991.