16 enero 2009

Tomaz Tadeu Da Silva, “El proyecto educacional moderno ¿identidad terminal?”

La situación actual de “crisis” de los sistemas educativos gestados en la modernidad se halla atravesada por dos cuestionamientos diferentes.
La educación escolarizada y pública, explica Tadeu da Silva, concibe las ideas de la modernidad y el iluminismo. Las ideas de progreso constante a través de la razón y la ciencia, con un sujeto autónomo y libre. La escuela es la institución encargada de transmitir los ideales del proyecto moderno, tales como la igualdad, la justicia, etc.

Desde las perspectivas postmodernas al sistema educativo moderno se le cuestiona: la existencia de un sujeto esencial, centrado y unitario, las narrativas maestras de la razón y el progreso, el ideal de la emancipación y autonomía.
Cuestionan la idea de que la educación pública está armada sobre narrativas del progreso social, la ciencia y la razón, del sujeto autónomo, y el papel de la propia educación como instrumento de realización de esos ideales.
Se cuestiona el concepto fundamental de la epistemología, la racionalidad, hay principios universales en donde se determina la verdad de las proposiciones de conocimiento, sin considerar la historia, el contexto y la política. Tadeu da Silva explica que aparecen las explicaciones globales sobre la sociedad, es decir las grandes narrativas para ordenar clasificar y controlar la organización y la interacción social, que la postmodernidad sostiene que en realidad contribuyen a oprimir, suprimir y excluir.
La educación moderna se basa en la existencia de un sujeto unitario, y su finalidad consiste en la autonomía, independencia y emancipación. Se cuestiona este sujeto particular ya que esconde “una construcción social e histórica, contingente, característica de una época histórica específica”. Y explican que el sujeto moderno solo existe como resultado de los dispositivos discursivos y lingüísticos. Se pasa del paradigma de la conciencia al del lenguaje, y éste es entendido como constitución de la realidad y atravesado por las relaciones de poder.
Además, este cuestionamiento no puede ignorar a los movimientos sociales, tales como los feministas y ecológicos, en los que también se discuten la idea de progreso como algo bueno y deseable, y caracterizan a la ciencia y el conocimiento dominante diciendo que está atravesado por una mirada masculina, eurocéntrica y blanca, y alertan que estas construcciones no son inocente y benignas.
Tadeu da Silva sostiene que otra cuestión es el desdibujamiento de las fronteras de la cultura alta y baja. El privilegio de la cultura elite, de la “alta cultura” se apoyaba en características consideradas superiores. En el escenario postmoderno, la alta cultura es “dislocada por productos de cultura mercantilizada”, tal es así que es imposible considerarla como “superioridad moral, estética y epistemológica.”
Esta perspectiva del carácter disciplinar de la organización moderna del saber y del conocimiento, está teñida de relaciones de poder, y la escuela responde a esta lógica disciplinar, tanto en conductas como en la distribución del espacio.

El espacio educativo que pretende construir el proyecto neoliberal en educación, a partir de los 90:
Tadeu da Silva habla de “asalto neoliberal al sentido común sobre la educación pública producido por el modernismo y el iluminismo, y el consecuente dislocamiento de la educación de la esfera del espacio público al espacio privado del consumo y la selección.”
El proyecto neoliberal se propone reformar lo social y lo político de acuerdo a los intereses del capital, redefinir los propósitos del estado y la política para orientar los a los intereses de los grandes capitales, en relación a la acumulación de capital y la competitividad. Un punto para adecuar este proyecto es el recorte de los gastos sociales: desregulación, privatización, desestatización, etc. Y la educación ha sido uno de los blancos del asalto neoliberal.
Como lo explica Tadeu da Silva, el neoliberalismo pretende transferir la educación de la esfera pública a la esfera privada. Así la educación quedaría al control de las empresas privadas y capitalistas, en donde aparecen cuestiones de gerencia, eficiencia y productividad.
El proyecto neoliberal constituye una nueva hegemonía, que esta construcción está basada en la “utilización eficaz de dispositivos lingüísticos”. La educación deja de ser un derecho, un bien social para vincularse con la productividad empresarial. Entonces el sujeto es concebido como consumidor. Se disloca el foco de lo político a lo técnico, pone el acento de la ”transformación educativa al expert en gerencia, en administración, reingeniería, evaluación, calidad total.”
En síntesis el sujeto educacional neoliberal, define Tadeu da Silva, debe ser “adquisitivo, competitivo, flexible, adaptable, maleable”. Es “sujeto del mercado y del ámbito de trabajo modificado por la reingienería y por las nuevas técnicas de gerencia”.

Bibliografía: Tomaz Tadeu Da Silva, “El proyecto educacional moderno ¿identidad terminal?”